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tannhauser

AGUAS DE AMANECER

<strong>AGUAS DE AMANECER</strong> Llegó a la ciudad cuando a la noche le quedaba ya bien poco de vida. Empezaba a clarear, pero era un amanecer roto, deslucido, dominado por una nubes pesadas, quejumbrosas, así que todo empezó a adquirir una tintura cenicienta. Se acercó caminando hasta uno de los cinco puentes, el segundo más viejo, y desde allí contempló el histórico puente de piedra que había unido las dos orillas desde antiguo. A la izquierda, muy cerca, se levantaban majestuosas las torres de la basílica, grises y plúmbeas, como amenazas a contraluz. Luego miró el río, una masa lechosa de salvaje agua marrón bajando hacia un océano muy distante de allí. Las luces empezaron a apagarse. La ciudad se desperezaba. Un par de almas lo miraron torvamente. Una brisa dura, severa, nada cómoda, lo rodeó. Giró sobre sí y dirigió sus ojos hacia los otros dos puentes que se alzaban sobre las aguas río abajo. Un par de coches cruzaban por encima de ellos a quince, veinte metros en el aire sobre el río que todo lo quisiera arrastrar. Entonces una mujer pasó por delante. Siguió su espalda y su andar unos segundos mientras se alejaba; había visto mucho en apenas un segundo; ojeras, arrugas, tristeza, dolor, abulia... De repente se le ocurrió que debía haber algo intrínsecamente insoportable en vivir allí, que aquellas torres, símbolo de Dios, eran muy altas y amenazaban demasiado, y que aquellas aguas, símbolo de un dios todavía mayor, marcaban en su avance los ritmos de un tiempo y un espacio, una vida, totalmente inasequibles para el ser humano, y que ningún puente podría jamás salvar un escollo semejante.

Volvió a observar las aguas correr en busca de su metamorfosis de océano. Contemplando aquello, tan gris, tan en la mañana, tan en la soledad y el silencio de un saberse en lugar y momento equivocados, pensaba que había mucha tragedia en aquellas aguas, más de lo que una cordura puede soportar, que destilaban muerte, mucha muerte, una muerte cruda e imparable, pero en extremo sutil y cautelosa... como ese silente y periódico gotear de estalactita que en las montañas revienta piedras y hace estallar la tierra...

© JIP

14 comentarios

ktulu -

Buena captación de la nocturnidad en --------. Ahora solo te falta visitar la Aljafería de día, a ver que sensaciones te transmite. Seguro que viajas en el tiempo. Taluego. Fraguerau

JIP -

Ey, qbert, a ver si quedamos un día de estos y me dices bajo qué piedras has andado metido ;)

En cuanto a la ciudad, bueno, hay porra... ¿te apuntas? XD... ¡¡¡meterse cuesta 5 pavos!!!

Qbertnemesis -

Bueno chaval, he vuelto y veo que sigues ampliando tu obra. Bien hecho.
Veo que hau un debate abierto sobre la ciudad aunque creo verdaderamente que poco importa un nombre. Me sigo paseando por la web..

JIP -

Juas juas juas... qué sútil ironía por tus partes... pero el que esté libre de equivocaciones que tire la primera piedra...

clarice starling -

perdon se me fue la mano al enter jejeje pues si puede que si pero bueno un error más para el bote de las equivocaciones

clarice starling -

JIP -

En lo que ha la ciudad respecta te equivocas Clarice... así que revisa tu intuición o tus recuerdos, una de dos... :)

En lo tocante a las faltas de ortografía, no sé qué decirte, no vi ninguna... supongo que debe ser porque cada día veo menos... ;P

un saludo

clarice starling -

desde el primer momento en que la vi -revisa la ortografia te siguen quedando- un beso

clarice starling -

tortosa

JIP -

Es evidente que si no desvelé en nombre de dicha ciudad en el post, tampoco lo voy a hacer ahora, porque, entre otras cosas, el nombre es indiferente para lo que yo quería expresar...

Que cada cuál le ponga el nombre que quiera...

pauli -

pregunta, tambien podria ser, praga?? budapest?? alguna pista? vacaciones??

adela de otero -

es una respuesta u otra pregunta?

pauli -

Paris?? :)

adela de otero -

de donde es esa foto?