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tannhauser

DIARIO DE MI HYDE (4)

Os dijeron "todo acabó", "aquí ya no hay nada que ver", pero era mentira, el espectáculo siempre continúa, como cuando se cargaron a aquellos dos periodistas y todos se rasgaron hipócritas las vestiduras, como si aquellos dos valiesen más que el resto de cadáveres caídos en el tablero. ¿No recordáis la imagen?, fue célebre en su día y dio la vuelta al mundo, en las bocas y los ojos de todos, sobre todo en los ojos, aunque hoy nadie la recuerda ya. Nunca ha habido memoria. Probablemente nunca la habrá. La torreta giró en la lejanía hasta apuntarnos directamente con su boca negra, una detonación sorda, humo, y ya fuera de plano, dos vidas más que se van al garete... La muerte en directo, pura y dura y real, en todos las casas, a la hora de comer, ¡Grábela y véala una y otra vez!...

Después de aquello os dijeron "los combates han cesado, hemos ganado, la civilización ha ganado, ¡paladead la gran hamburguesa de la libertad!", algún mandado liberó palomas blancas y la sinfonía del carpetazo lo inundó todo. Pero las guerras siguen, sus muertos siguen, y las palomas blancas se cagan todas de miedo con cada explosión y luego bajan a picotear la sangre derramada... aunque todo eso pasa también fuera de plano; porque esto no le gusta al populacho, lo conozco bien, sé lo que le gusta, lo que le conviene, y desde luego no son palomas blancas rapiñando carne muerta, !para eso ya esta el National Geographic!

Porque lo que en verdad la plebe quiere es ver mentes sucumbidas, cuerpos vejados, desnudos, azotados, ellos son el mal sabéis, el mal, y merecen la tortura, se ganaron el castigo. Lo sabéis, por eso se lo inflijo, por eso os lo enseño, por eso lo miráis. Todo lo hice por vosotros, lo sabéis, lo sabéis, y su carcajada restalla en vuestras mentes dormidas mientras maneja los hilos. Luego os enseñan más muerte en directo, más "snuff" en la sobremesa, mientras comes, carne muerta en la pantalla, carne muerta en el plato, saben igual; todo para adentro. Ya no hay memoria, ni tampoco escrúpulos. Al infeliz lo cogen y le rebanan el pescuezo, no querías hamburguesas de la libertad, pues toma carne de primera, y la plebe se asquea y gira la cabeza, pero no vomita, no cambia de cadena, vuelve a mirar, a mirar... no puede evitarlo, la carne llama a la carne y la sangre llama a la sangre. Luego los postres, menudillos de soldado, aquí un dedo, allá un brazo, ¡aprovechad ahora que estamos de saldo!... y todos seguís ahí, mirando, justo donde os quieren esos hilos cuyo origen se pierde arriba, muy arriba, en la oscuridad…

Y después de eso os dan a los principitos casamenteros, aderezados con sus mejores galas, para hacerlo bajar todo y tener una digestión propicia. Contemplad esas joyas preciosas, ved qué lindos vestidos, olisquead esa frescas flores, disfrutad a distancia de esa vida regia que desde antiguo os lleva quebrando los huesos, bailad, reíd, llorad, ¡qué demonios!, un día es un día, pero prontito a la cama que mañana hay que trabajar... ¡¿Cómo, si no, pretendéis pagar todo esto...?!

Resulta que a estas alturas de humanidad sigue sin haber memoria, sigue sin haber escrúpulos, y la carne sigue llamando a la carne y la sangre a la sangre... No hemos avanzado mucho...

© JIP

1 comentario

Pedro -

Verdades incómodas, pero verdades como puños al fin y al cabo.