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tannhauser

Malditos y Heterodoxos

¿Misterioso Intervalo de Silencio?

Esto del ciberlugar y la blogomasa es un dislate y una tierra de nadie, como la puta vida esta pero sin pagar impuesto de publicación, al menos por el momento. Unos entran, otros salen y otros pocos dicen sabéis qué: yo me las piro. Día de vergas a media hasta y tetillas rescolgando como lágrimas en la lluvia... Se nos va el Lardín. Que es muchas cosas además de anacoreta, de imbécil y desnudo, de tótem follarín de la letra jachonda y dislocada. Y hablo presente porque sé que pequeños grandes cabrones como usted sólo dejan de joder la marrana en un sitio para ir a joderla más aún a otro lado. En eso confío. Más le vale. Pero ahora nos deja en bragas, mamón, y encima sin un exquisito cadáver que paladear, el de sus escritas exequias. Sí, ya lo sé. Los que no leyeron mientras estuvo aierto el tenderete que se jodan. La carne es la carne, abril es abril, y esto continuará siendo la descojonación siga o no estrujándose la mandinga y la meninge y volcando aquí la lefa mental subsiguiente. Los replicantes, Batty y compañía, lo sabe, menuda panda de ingenuos santurcios, tanta cháchara con el es duro vivir con miedo y tanto lloriqueo, cuando lo suicida es vivir con uno mismo, mirarse al espejo y saberse la misma cochina cosa a pesar de los inveterados esfuerzos por reinventar. Por eso se marcha. Las orejas al lobo y todo ese rollo. Qué nos vamos a contar. Espero que este misterioso segundo intervalo de silencio sea para bien y que cunda, que usted lo duerma bien, pero no beba demasiado de esos laureles, que ya sabe que ésta es película mala, zetosa y porculera, digna del más zafio Lucio Fulci, y que de aquí no sale de una pieza ni el apuntador. Tampoco el bufón. Conque aplíquese, mendiós!