CAROLINA
CAROLINA
El coral vive en tu nombre,
agazapado, visible pero esquivo; camaleónido,
frágil almíbar,
sencillo rojo de
sangre fresca
que hierve nueva
en tus azures submarinos.
La magia, toda cristal
-dulzor, ¡cómo no!, coralino-,
vive en tus ojos,
como un recuerdo infantil de fresa,
cual añejo sabor a jazmín perdido.
En esos dos tragaluces tuyos,
extensos, encerados, líquidos,
como lagos de invierno helados
en los que deslizar la hoja de tus sueños,
y cuyos marcos brillan, perfuman
a barniz marrón y azafranado
de cielo en suave retirada.
Son de vidrio, de espejo tierno,
y en ellos veo el reflejo multiforme
-caleidoscopio en veladuras de tu alma-
de contrastes frescos, limpias armonías,
formas de infierno y cielo,
modos de sol y fantasía,
en hondos violetas levantinos,
sublimes cremas areniscos,
rubros envolventes,
de pasión embadurnados,
en la tersa tela de tu mente cincelados
-entera blanca y primordial-,
por tus dedos en pincel;
tus manos en cristálida paleta.
Y el arte está en tu pecho,
en corazonadas palpitante,
circulado de salvajes oleajes de deseo,
recorriéndote entera en fulgente crecida,
ora en titánicos fluires;
arrebatados
ora en tranquilas corrientes;
serenas, nocturnales,
tal que un río anochecido
salpicado en vivas llamas
que navegan titilantes, inflamadas,
en pos de un ignoto estuario
pintado de irreales playas
y aguas tibias de espuma abstracta.
© JIP (Diciembre de 2003)
El coral vive en tu nombre,
agazapado, visible pero esquivo; camaleónido,
frágil almíbar,
sencillo rojo de
sangre fresca
que hierve nueva
en tus azures submarinos.
La magia, toda cristal
-dulzor, ¡cómo no!, coralino-,
vive en tus ojos,
como un recuerdo infantil de fresa,
cual añejo sabor a jazmín perdido.
En esos dos tragaluces tuyos,
extensos, encerados, líquidos,
como lagos de invierno helados
en los que deslizar la hoja de tus sueños,
y cuyos marcos brillan, perfuman
a barniz marrón y azafranado
de cielo en suave retirada.
Son de vidrio, de espejo tierno,
y en ellos veo el reflejo multiforme
-caleidoscopio en veladuras de tu alma-
de contrastes frescos, limpias armonías,
formas de infierno y cielo,
modos de sol y fantasía,
en hondos violetas levantinos,
sublimes cremas areniscos,
rubros envolventes,
de pasión embadurnados,
en la tersa tela de tu mente cincelados
-entera blanca y primordial-,
por tus dedos en pincel;
tus manos en cristálida paleta.
Y el arte está en tu pecho,
en corazonadas palpitante,
circulado de salvajes oleajes de deseo,
recorriéndote entera en fulgente crecida,
ora en titánicos fluires;
arrebatados
ora en tranquilas corrientes;
serenas, nocturnales,
tal que un río anochecido
salpicado en vivas llamas
que navegan titilantes, inflamadas,
en pos de un ignoto estuario
pintado de irreales playas
y aguas tibias de espuma abstracta.
© JIP (Diciembre de 2003)
5 comentarios
JIP -
Disfruta esas vacaciones ;)
Nos vemos.
chabeli -
JIP -
Charito, como siempre, gracias... por leerme, sentir y no quedarte indiferente... :)
saludos.
charito -
Teresa -