NOSHES PSYCHOTRÓNIKASH: AQUELLA CASA AL LADO DEL CEMENTERIO
Que alguien quiera vivir en una casa que se levanta al lado de un cementerio, toda solitaria, sombría, y rodeada de siniestros árboles de retorcido ramaje sin hojas, ya dice mucho de lo pirados que están todos los personajes de esta entrañable peliculilla.
Lucio Fulci, gran capo del gore italiano, se apuntó al carro del éxito del "Resplandor" de Kubrick pergeñando esta copia sinvergüenza llamada "Aquella Casa al Lado del Cementerio" (Quella vila accanto al cimitero, 1981), y cabe decir que la cosa le salió bastante cutrilla. En lugar de hotel de lujo en la montaña tenemos caserón feúcho en el cementerio de un pueblo de tres al cuarto; el padre de familia en lugar de novelista es investigador de alguna extraña rama de la ciencia que nunca se nos llega a desvelar; su hijo en lugar de moreno y con triciclo es rubiales y con coche teledirigido; y del par de gemelas fantasma del hotel Overlook pasamos tan solo a una niña bocazas con muñeca rota -y fea de cojones-. El bueno de Fulci metió en la batidora un poco de todo; enigmas lovecraftianos, conjuros alquímicos, casas encantadas, niños con resplandor, llantos en la noche y fotografías con fantasma incluido... pero la verdad es que la mezcla no acabó de salirle demasiado, entre otras cosas, porque al hombre, limitadillo de talento, no nos engañemos, lo que en verdad le gustaba era darle rienda suelta a la sangre. Así que eso y no otra cosa, gore a secas, es lo único que funciona en este film.
Gore gratuito, sucio, torpe y muy autocomplaciente. La escena del murciélago atacando la mano del padre de familia es un buen ejemplo. Pura caspa. ¡Así no hay manera de meterse en atmósfera inquietante ninguna! Aunque, claro está, si uno anda avisado de cómo se las gasta Fulci pues ya sabe a qué atenerse. Lo suyo son las gargantas cercenadas, la sangre chorrenado a borbotones de la yugular y los gusanos purulentos... Ahora bien, no le pidas una mínima coherencia argumental o cierta tensión narrativa porque entonces ya le puedes... ¡¿Qué coño pintaba en todo el asunto la niñera?!... ¿¡Cómo se puede tener la cara dura de repetir la escena de la bajada al sótano y la puerta que ¡nyiiieeeccc! se cierra a tus espaldas hasta tres veces con tres personajes distintos?!... ¿Alguien se atreve a explicarme la empanada final con la vieja y los niños, todos felices, y cómo narices se conecta eso con el momio asqueroso que se había estado cargando a todo quisqui?... Bueno, yo sé a qué viene... es una excusa barata para citarme al final a Henry James, así, en plan culto, y quedarse tan pancho, pero de sentido, lo que se dice sentido, ná de ná...
Fulci es uno de los grandes nombres de la caspa fílmica y la psicotronía, así que tampoco hay que pedirle peras al olmo. Si te gusta este tipo de cine, lo disfrutarás, quizá con alguna reserva, pero lo harás. Si no te gusta... bueno, si no te gusta seguramente ni siquiera te pondrás a ver esta u otras de sus pelis, como "Nueva York Bajo el Terror de los Zombis" o "Miedo en la Ciudad de los Muertos Vivientes", y probablemente tampoco habrás acabado de leer este insufrible post...
Algunas Posdatas Psychotrónikash:
- Si queréis verle el careto al Fulci buscad en las primeras escenas tras los créditos de inicio, es el doctor Müeller o Muller, ¡yo qué sé!... y tiene un diálogo con el tío al que luego se le come la manita el murciélago, jejeje...
- La intención de plagiar a Kubrick es tan descarada que, como podéis comprobar, en el la carátula salía un pavo igualito al Nicholson del Resplandor... aunque luego el asesino no se parecía ni de lejos, jajaja...
- Aquí, como en el Resplandor, también al pater familias le da por reventar una puerta con un hacha, pero el hacha es tan minúscula y ridícula y la puerta tan de verdad, una Señora Puerta, o sea, que el tío se está como tres cuartos de hora dándole que dándole con más bien escaso éxito, con lo cual la escena/plagio de Kubrick termina antojándose de lo más patética, jujuju...
- Al principio se ven un par de tetas, pero se las cargan rápido -a ellas y a su dueña-, y luego nada de nada, ni pechos ni parruses ni toqueteos carnales de ultratumba, de modo que onanistas y oligofrénicos de toda ralea abstenerse, jijiji...
© JIP
Lucio Fulci, gran capo del gore italiano, se apuntó al carro del éxito del "Resplandor" de Kubrick pergeñando esta copia sinvergüenza llamada "Aquella Casa al Lado del Cementerio" (Quella vila accanto al cimitero, 1981), y cabe decir que la cosa le salió bastante cutrilla. En lugar de hotel de lujo en la montaña tenemos caserón feúcho en el cementerio de un pueblo de tres al cuarto; el padre de familia en lugar de novelista es investigador de alguna extraña rama de la ciencia que nunca se nos llega a desvelar; su hijo en lugar de moreno y con triciclo es rubiales y con coche teledirigido; y del par de gemelas fantasma del hotel Overlook pasamos tan solo a una niña bocazas con muñeca rota -y fea de cojones-. El bueno de Fulci metió en la batidora un poco de todo; enigmas lovecraftianos, conjuros alquímicos, casas encantadas, niños con resplandor, llantos en la noche y fotografías con fantasma incluido... pero la verdad es que la mezcla no acabó de salirle demasiado, entre otras cosas, porque al hombre, limitadillo de talento, no nos engañemos, lo que en verdad le gustaba era darle rienda suelta a la sangre. Así que eso y no otra cosa, gore a secas, es lo único que funciona en este film.
Gore gratuito, sucio, torpe y muy autocomplaciente. La escena del murciélago atacando la mano del padre de familia es un buen ejemplo. Pura caspa. ¡Así no hay manera de meterse en atmósfera inquietante ninguna! Aunque, claro está, si uno anda avisado de cómo se las gasta Fulci pues ya sabe a qué atenerse. Lo suyo son las gargantas cercenadas, la sangre chorrenado a borbotones de la yugular y los gusanos purulentos... Ahora bien, no le pidas una mínima coherencia argumental o cierta tensión narrativa porque entonces ya le puedes... ¡¿Qué coño pintaba en todo el asunto la niñera?!... ¿¡Cómo se puede tener la cara dura de repetir la escena de la bajada al sótano y la puerta que ¡nyiiieeeccc! se cierra a tus espaldas hasta tres veces con tres personajes distintos?!... ¿Alguien se atreve a explicarme la empanada final con la vieja y los niños, todos felices, y cómo narices se conecta eso con el momio asqueroso que se había estado cargando a todo quisqui?... Bueno, yo sé a qué viene... es una excusa barata para citarme al final a Henry James, así, en plan culto, y quedarse tan pancho, pero de sentido, lo que se dice sentido, ná de ná...
Fulci es uno de los grandes nombres de la caspa fílmica y la psicotronía, así que tampoco hay que pedirle peras al olmo. Si te gusta este tipo de cine, lo disfrutarás, quizá con alguna reserva, pero lo harás. Si no te gusta... bueno, si no te gusta seguramente ni siquiera te pondrás a ver esta u otras de sus pelis, como "Nueva York Bajo el Terror de los Zombis" o "Miedo en la Ciudad de los Muertos Vivientes", y probablemente tampoco habrás acabado de leer este insufrible post...
Algunas Posdatas Psychotrónikash:
- Si queréis verle el careto al Fulci buscad en las primeras escenas tras los créditos de inicio, es el doctor Müeller o Muller, ¡yo qué sé!... y tiene un diálogo con el tío al que luego se le come la manita el murciélago, jejeje...
- La intención de plagiar a Kubrick es tan descarada que, como podéis comprobar, en el la carátula salía un pavo igualito al Nicholson del Resplandor... aunque luego el asesino no se parecía ni de lejos, jajaja...
- Aquí, como en el Resplandor, también al pater familias le da por reventar una puerta con un hacha, pero el hacha es tan minúscula y ridícula y la puerta tan de verdad, una Señora Puerta, o sea, que el tío se está como tres cuartos de hora dándole que dándole con más bien escaso éxito, con lo cual la escena/plagio de Kubrick termina antojándose de lo más patética, jujuju...
- Al principio se ven un par de tetas, pero se las cargan rápido -a ellas y a su dueña-, y luego nada de nada, ni pechos ni parruses ni toqueteos carnales de ultratumba, de modo que onanistas y oligofrénicos de toda ralea abstenerse, jijiji...
© JIP
7 comentarios
Fernando -
Markefilm
http://markefilm.blogspot.com
JIP -
un saludo.
Spaulding -
Por cierto, esa Casa al lado del Cementerio, a pesar de los pesares, tiene su puntito. Y es que con Fulci me he llegado a reir muchísimo.
JIP -
Un saludo.
Spaulding -
JIP -
un saludo PaRaP.
PaRaP -