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tannhauser

Hasta pronto, Laputta, mendiós!

 

"Soy un perro katiusko,

tira un hueso

y te lo busco,

muchachita de ultramar.

Soy un perro katiusko,

tira un hueso

y te lo busco,

si me sacas a pasear"

 

Siempre que el nombre de Johnny Laputta me viene a la mente me acuerdo de estos versos; del perro katiusko, la muchachita del solar y esas gatas que primero te besan, sí, pero luego se lamen y se van...

Tuve por vez primera noticia de la existencia de Johnny Laputta a través de la magnífica revista Ojalatemueras! a la que ya dediqué un artículo en la hibernante VideoArenA. Todos los sujetos que hicieron posible aquel engendro de publicación eran maravillosos canallas y al tiempo no había uno que se salvara, estaban todos para que los encerrasen. Hernán Migoya, Rubén Lardín, Johnny Laputta, Vicente Muñoz Álvarez, elreydespaña... ¡Bendita locura la suya! 

 

 

Pero los textos de Laputta tenían un no sé qué especial, entre delirantes y alienígenas, que no podían dejarte indiferente... Artículos como "Por una cabeza todas las locuras. ¿Por qué nos gustan las mujeres cabezonas?", "Inside Christina (Ricci). La reina cabezona nos cuenta su historia", o el demencial "Diógenes ’El Perro’. Porque ya no quedan hombres", fueron su contribución, amén del poema del cándido cánido katiusko, a la efímera vida de tan ejemplar revista de cultura mastuerza. Diría que estos títulos hablan por sí mismos pero me estaría equivocando; hay que meterse de lleno, enfangarse de hecho, en el mundo creativo de este hombre sin par para saber a qué cojones de lírico infierno te estás enfrentando.

Y todo esto a cuento de qué. Pues a cuento de que, muy a mi pesar, Mr. Laputta ha decidido chapar su blog, atadita a la cama... ¿Por qué, Laputta..., por qué demonios?... ¡Me cago en dios! 

Hace dos veranos, mientras recababa información para el susodicho artículo sobre Ojalaremueras! me topé con la primera versión del blog de este hombre, alojado en blogia. Me fascinó de inmediato su modo de entender la escritura. Y aunque sea un tópico y por tanto esté bastante feo caer en él, con las letras de Laputta no hay término medio, o te vuelves adicto o lo mandas a la mierda a las primeras de cambio. Yo hice lo contrario que haría el común de mortales si se asomasen a sus cuentos y poemas. Me volví un adicto, cagüendiós!

Era como una especie de elixir, de fórmula stevensoniana, te entraban ganas de dejar de ser de una maldita vez Jekyll para volverte Hyde; ser otro, transformarte en, por ejemplo, ya que nos ponemos, Chufflo, sin ir más lejos, y cagarte en esta vida puta y sin talento: Mendiós!

Ahora Laputta se marcha y Chufflo se queda sin su dosis. ¿Os acordáis de aquello que os dije hace un par de posts, que si se sobrevive en este puerco mundo un día más es única y exclusivamente para perder? Pues eso, hasta el mismo Laputta lo dice: cuando el mundo va apara abajo, es mejor no estar atado a nada... 

Me queda al menos, más que el consuelo, el recuerdo de aquella tarde en Barcelona en que intercambiamos unas palabras usted y yo, Laputta, cuando le descubrí aquello -nada flaubertiano por otra parte- de "Chufflo, c’est moi!", y usted dijo: "¡Hostia putta, no jodas!", o algo así, y luego acto seguido me presentó, si mis sospechas no van erradas, al terrible y temible Rubén Lardín, aunque yo en aquel momento no me di cuenta, mendiós! Y después le fui a dar la murga un rato al Migoya para que me firmara su  "Putas es Poco". Y poco más desde entonces hasta ahora, todos un poco más viejos, más enfermos, más cansados...

 

Laputta en el centro, Lardín a la izquierda, descojonándose, y Chufflo de espaldas al respetable 

 

Migoya: "¿Pero de verdad te ha gustado el libro?" Chufflo: "¡Coño, que síiii!"

 

Las fotos de aquel encuentro, ya lo ve, no son muy buenas, qué se le va a hacer, pero en fin, allí estuvimos todos, que es lo que cuenta.

Le agradezco enormemente sus mercedes para con mi chuffla persona en su post de despedida. Ha sido usted un maestro en más aspectos de los que imagina. No dudo que antes o después, si ambos sobrevivimos a esta putta vida el tiempo suficiente, nuestras letras se volverán a cruzar...

Hasta pronto, Laputta, mendiós!

Chufflo.

3 comentarios

Laputta -

un lapsus, fue un lapsus (lo del tarde y el pronto, digo)

Chufflo -

"Más tarde que pronto", Laputta, le tomo la palabra, así que no me jodda...

Y otras cosas no sé, pero lo siento, lo del coño no es negociable por mis partes, dígaselo de mi(s) parte(s) al Lardín, que me despistó pero bien, el muy jachondo, con aquella pelambre de rizos, tan larga y lisa le había yo siempre visto la cabellera.

Puttos genios que son todos, mendiós!

Johnny Laputta -

Mendiós, Chufflo, m'ha llegao usté al alma. Como dijo Mr. Lardín -que sí, que lo es- lástima que no tenga usté coño, joer :D.
Más tarde que pronto nos volveremos a encontrar.