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tannhauser

Matarratas, dánoslo hoy...

Las horas pasan demasiado rápido y en cambio los días se hacen interminables. Ahí hay algo. Una fisura en el sistema. Pero somos demasiado tontos o estamos demasiado dormidos. Nos acercamos, nos acercamos, caliente caliente, pero no acabamos de dar con el quid de la cuestión. Olisqueamos. Como ratas de laboratorio en el laberinto. Sólo que las ratas son más listas, ellas dan con la salida antes o después y nosotros nos quedamos aquí con cara de estúpidos, pidiéndole cuentas al aire, encerrados de por vida en el huevo de los segundos arrastrados.

La culpa es nuestra, en algún punto nos desviamos y ahora estamos aquí, y de pronto nos topamos de bruces con que no hay salida. Ni siquiera en Brooklyn. Selby está bien, dadle una oportunidad, pero no os dejéis engañar por el título. Él también se pasó la vida olisqueando, pero nada. Se quedó allí, sin salida, así que se sentó en el suelo y se puso a escribir. En fin, que tal vez este mundo no está hecho para ser entendido, rascas y rascas y sigues encontrando tierra, no importa cuánto sigas rascando, aunque te dejes las uñas, no encontrarás más que tierra seca. Porque una manzana es una manzana y un tomate es un tomate. No hay más.

Llegó Newton he hizo aquello de la mazana, aquello estuvo bien, buen truco. Todo un prestidigitador. Parecía un camino a seguir. Y después, bueno, vino un tipo que inventó la tostadora. De repente las mañanas daban menos náusea. Y desde entonces hasta ahora todo túneles sin ton ni son, sin orden ni concierto. Tú por aquí, yo por allí, y aquél atorado allí en medio, enquistado, cabezón como él solo. Tiene que ser por aquí, tiene que ser por aquí, se dice. Y lo ves todo obsesión y sudor y brazadas salvajes contra la tierra. Pasas poco después, a la semana, y miras, ya no escarba. Tal vez se ha muerto. Tal vez le dicta sus memorias a una grabadora. Al capullo que inventó la grabadora todavía no lo han pillado, sigue en busca y captura. Figuraos qué timo. Grabas tu gran discurso y estás contento, ufano, brillante. Feliz. Resplandeces y todo eso. Pero cuando le das a reproducir resulta que son tus palabras pero no es tu voz. Menuda cabronada. Eso y la fusión fría. Joder, si los pillaran habría que colgarlos, como a Mussolini, pero esta vez de los huevos.

Y claro, de un lado están los que hacen túneles, escarban, pugnan por romper el cerco. Alguno que otro puede que se parezca a Charles Bronson pero la mayoría son bastante más difíciles de mirar. Hay un problema con la cara humana, y es que siempre es distinta. No puedes abarcar semejante cantidad de formas, sinuosidades, malformaciones, fealdad. El disco duro de la mente no da para tanto. Así que es un método de defensa neural, ensombreces todos los rostros, los difuminas, o de lo contrario te colapsas, cortocicuito y se acabó. Y a ver quién es el guapo que encuentra en medio de toda esta negrura una caja de cerillas... Bien, lo que decía, que los hay que escarban y casi ninguno tiene cara porque para qué carajo vas a almacenar toda esa ingente cantidad de rostros empitonados. Y luego, detrás, bien detrás, aguardando, están -estamos- el resto, los evadidos: queremos salir. Ni siquiera nos molestamos en olisquear, preferimos que nos lo den bien hecho. Como el bistec. Pero es un huevo bien duro éste. Se rompe sólo cuando te mueres, la espichas, y luego vete tú a saber: Pío, Pío, viene la cobra y se te traga entero.

Por otro lado, es verdad, no se me está dando nada bien esto de acercarme a la treintena. Pensé que sería más fácil, pero no, me está rebanando la sesera que es un gusto. Y lo que no es la sesera también. Me cago en todo. El otro día un chaval le dijo a un amigo: "No sé qué no sé cuántos, señor". "SEÑOR". Aquello lo jodió vivo. Noqueado en el primer asalto. Ya pueden romper sus apuestas, amigos. Y eso que él ha llegado a los 30 mucho mejor que yo. "¿Has visto?, me ha llamado 'SEÑOR'..." Y la verdad es que sí, bueno, no, verlo no lo vi, pero lo escuché, en estereo, con estas dos: "SEÑOR", y acto seguido su cuerpo inerte cayendo a la lona...

No hace muy buen día hoy. La primavera ha dicho que os den morcilla a todos, mugre, y se ha pirado unos días de vacaciones. Volverá pronto, pero no antes de que unos cuantos túneles hayan quedado copados por los cadáveres a medio podrir.

Esta mañana había un tipo escribiendo en la cafetería. Eso atrajo poderosamente mi atención. Me fijé bien antes de hacer nada, no fuese que la cagara. Pero no, estaba claro. No era yo. Ni mi doble. Alguien había tirado los dados en algún lugar pero cayeron fuera del tapete. Así que me acerqué: "¿Qué escribes, tío?"

-E=mc2 -me lo enseñó.

No tenía el matarratas a mano, así que lo dejé allí.

Y yo también lo dejo. Aquí. Por hoy. Mañana seguiremos rascando... 

 

6 comentarios

jesus alonso -

Yo tengo bastante más de treinta años y no daría ni un paso atrás ni para tomar impulso. Como mucho volvería a alguna noche en concreto.
Vaya ritmo de prosa, encandila. Me gusta tu visión positiva de la tostadora, un aparato al que le tengo simpatía pero que nunca he utilizado y totalmente de acuerdo con que la grabadora nos destroza la voz que creemos tener. Durante un tiempo, cuando tenía treinta años, la utilicé para grabar los mensajes que los amigos me dejaban en el contestador. Espero que no me den motivos para uitlizarlos.

M.A Berrakus -

Qué gran texto amigo Javi. Si hasta pensaba que estabas parafraseando algo publicado. Es que últimamente estás que te sales, copón.
Bueno, una vez dorada la píldora, dime a qué cafetería vas para encontrarte con Einstein y toda esa mierda.

Woswis -

Alégrate pensando en cómo te sentirás a los irreales 40, por comparación... Eso sí, que no se te agote el matarratas!

child in time -

Señor Nesux 77. Me pregunto si lo de seguir mañana rascando serán los huevos o la cabeza. En cualquiera de los dos casos el tiempo seguirá corriendo. Un saludo de un Nesux 70.

Jaume -

Pues la verdad es que todos hemos pasado por el paso de "tío" a Senyor, tendras que acostumbrarte si trabajas cara el público, sino cuando te lo digan lo mandas a pastar.

Veo que somos de la misma quinta, felicidades eres un 77 igual que yo, aunque a mi no me toca hasta final de año!

Buena cosecha la del 77

Aura -

Uno se acostumbra a correr en esta rueda de colores, de juguete. Distrae de los barrotes.