Un Barceló que se apaga...
Cada vez que el señor Miquel Barceló tiene a bien salir a las palestras para deslumbrar al personal con sus opiniones me apercibo de cuán antagónicas son nuestras posiciones respecto a lo que es -y debería ser- la literatura de ciencia ficción. Siendo hasta tal punto así que hace ya tiempo que albergo la sospecha de que para el señor Barceló el concepto "ciencia ficción" excluye por definición el de "literatura". Su última ristra de sectáreas -y milenaristas- declaraciones respecto al actual estado "del género" no ha hecho sino reafirmarme en dicho parecer; el de que a este señor lo que le pone en realidad no es la ciencia ficción en sí, sino -única y exclusivamente- "formar parte" de ella.
"En la historia de la ciencia-ficción hay épocas de vacas gordas y de vacas flacas. Ésta es de flacas. Es algo cíclico. Pero ahora es más serio, mucho más serio, me temo". No está mal para comenzar, ya de entrada suena a batallita del abuelo y al típico y tópico estas cosas con Franco no pasaban, que es lo mismo que decir que mientras yo fui joven y formé parte de la Guardia de Hierro las cosas estuvieron en su sitio, pero ahora que el futuro está en manos de las nuevas generaciones y escapa a mi alcance, no sé, no sé..., no sé cómo va a acabar esto. En catástrofe, lo más seguro... Parece talmente como si ahora que la mayoría de autores punteros de la Edad de Oro de la ciencia ficción han desaparecido, Barceló -ya talludito a su vez- pretendiera convertirse al tiempo en albacea testamentario y espoleta retardada sobre la obra y la memoria de toda una generación de escritores y una manera de hacer ciencia ficción, un algo así como decir, bien, vosotros ya os fuisteis, camaradas, yo mismo desapareceré muy pronto, pero vuestro recuerdo estará a salvo junto a mí, os arrastraré a todos conmigo al fondo de la tumba. Un arranque pueril y senil de gratuita nostalgia justo antes del abismo. Resulta de todo punto chocante en alguien que -en teoría- ha vivido y trabajado por y para la ciencia ficción que justo a estas alturas -sus postreras- nos salga con lo de que cualquier pasado fue mejor...
Enemigo Mío...
Hay en su discurso, no obstante, puntos mucho peores y más preocupantes que este vosotros los jóvenes ya no sabéis hacer las cosas, sin ir más lejos uno de los motivos que, según Barceló, explica la actual crisis de la ciencia ficción escrita: "La realidad deja obsoleta pronto cualquier predicción o hace ridículos los escenarios imaginados. Por eso una buena parte del género se dedica desde hace tiempo al futuro cercano, inmediato, más controlable, como hizo Gibson con Neuromante y como ha hecho el ciberpunk. El futuro lejano interesa menos (...) Hay un cambio cultural: creo que podríamos vaticinar la muerte de la ciencia-ficción por disolución en el contexto". En palabras del propio Jacinto Antón, a la sazón redactor del artículo -y la entrevista- de marras: "En general, la especulación parece haber perdido el sentido que tenía antes. El mañana está tan cerca que se come la ciencia-ficción". Casi ni me voy a manchar en rebatir semejante memez, porque es que no hay por dónde cogerla. Solamente añadir que, si uno quiere -y ahí está la diferencia esencial-, si uno quiere, como decía, no importa lo rápido que corra tu presente, el futuro estará siempre, como mínimo, a un horizonte de distancia. Ahora bien, si lo que quieres decir en realidad es que la imaginación de los escritores de hoy en día no está a la altura, o mejor, que no escriben la ciencia ficción que a ti te gustaría que escribiesen, bien, entonces pienso que hay mejores maneras de decirlo, formas más francas de expresarlo, más honestas, menos tramposas, y que, por lo menos, no te hacen quedar como un idiota.
Precisamente porque -tal y como concluye el mentado Jacinto Antón- las nuevas generaciones son tecnológicamente las más punteras que ha habido nunca, debería ser al revés, los escritores de ciencia ficción con posibles deberían conectar más y mejor con ellas. Aquí el problema es muy otro y el propio Barceló se mete la viga en el ojo propio: "Si nos fijamos en los autores clásicos que mejor continúan funcionando, dentro de la crisis, son los de la ciencia-ficción más cercana, los de los mundos interiores, personales, obsesivos, muchas veces mundos enajenados, insanos, autores de los que atrae, más que la ciencia, la complejidad psicológica, muy interesante para la gente de hoy. Escritores como Philip K. Dick o Ballard. Significativamente, son autores que, como en el caso de Ballard, han ido saliéndose del género o creándose un lector propio". Ay amigo, ¡ahí te pica!, lo que pasa es que la ciencia ficción que tú defiendes ya no es del gusto de los que suben. He aquí la madre del cordero. Es la ciencia ficción dura la que tiene los días contados y es precisamente eso lo que te pone de los nervios. La ciencia ficción de las fórmulas químicas y matemáticas, de altos vuelos alfanuméricos, sólo apta para ingenieros y doctorados en física, la que está de capa caída, porque en el fondo, señor Barceló, ya desde mi primera lectura de su "Ciencia Ficción: Guía de Lectura", se me antojó usted un endogámico, un sectario y, por supuesto, un corporativista. Si por usted fuera -y en esto, creáme, exagero sólo lo justo para alcanzar la hipérbole- la ciencia ficción prescindiría de metáforas, elipsis, imágenes, personajes, simbología..., y observaría la justa y necesaria sintaxis para servir de apoyo a la interminable sucesión de ecuaciones, signos, números y demás álgebras.
La nueva edición de su Guía de Lectura es como ciertos Apocalipsis,
se anuncia y se anuncia, pero nunca llega...
De ahí que vaticine la muerte de la literatura de ciencia ficción, de la que, si por usted fuese, despojaría de toda "ficción" y -sobre todo- de toda "literatura". De ahí también que yo me atreva a decir que a usted lo que le interesa no es la ciencia ficción, sino formar parte de la ciencia ficción. No la ciencia ficción entendida como obra de arte, vehículo de expresión y comunicación, sino como gueto -gueto, además, de Varsovia, completamente en ruinas-, y cuanto más gueto y más destruido mejor, así aparecerán usted y los suyos ante el mundo como el último bastión, la vieja guardia que defendió el reducto hasta el último hombre.
Es la misma razón que explica su indignación ante el intrusismo: "La literatura digamos convencional se ha permeabilizado a los contenidos de ciencia-ficción de una manera que parecía impensable. Se han roto muchas barreras. Pasó con Criptonomicón, de Neal Stephenson, publicitado como libro para hackers y muy vendido. Se intenta con Spin, de Robert Charles Wilson (sobre un escudo misterioso instalado por unos alienígenas en torno a la Tierra), presentado como matrimonio entre la ciencia-ficción hard y la novela literaria y que ganó el Premio Hugo en 2006 (...) Pero la buena ciencia-ficción en última instancia pierde en esos formatos". La "buena ciencia ficción", que en su caso, señor Barceló, siempre es la ciencia ficción dura, tengámoslo presente. Qué peligrosos absurdos alcanza su sed de élite: el matrimonio entre la ciencia-ficción hard y la novela literaria como un formato menor, antes incluso de juzgar la calidad intrínseca de la obra. Otra más en su larga lista de porque síes. El único motivo que explica su histórico rechazo al mainstream -publicación de obras no de género por parte de autores de género- y al slipstream -publicación de obras de género por parte de autores no de género- es que dinamitan las fronteras de su querido gueto, de su amado género. Porque a usted ya le va bien que la ciencia ficción en general -y sobre todo en España- siga siendo ante todo género, sobre todo gueto, no sea que se le expanda el reino, se le caigan las fronteras y pierda su condición de pope del gremio, deje de ser el pequeño rey tuerto en el país de los gafapastas ciegos e irredentos.
Puta basura...
Le echa gran parte de culpa al mañana, que se nos echa encima -tremenda gilipollez- y al mestizaje entre géneros -que acabará con su amado y monolítico género-, y denuncia también que cada vez se lee menos: "el lector de ciencia-ficción típico es una persona interesada, en mayor o menor grado, en temas tecnológicos. Es una persona que pasa mucho tiempo en internet y ese tiempo ya no lo dedica a leer. Y está el audiovisual. El aficionado a la ciencia-ficción, al que siempre le han encantado las películas, encuentra un acceso ilimitado a ellas y a las series de televisión del género en la red, puede bajarse lo que quiera y verlo tranquilamente en casa. En referencia a la televisión, estamos hablando de muchas horas: las diez temporadas de Stargate SG 1, las cuatro de Stargate Atlantis, todos los capítulos de Battlestar Galactica, Star Trek... ¿Cuánto tiempo significa eso de recorte de lectura?". Interesante conjetura, aunque tan sesgada que sonroja, porque amigo mío, tal vez sí sea cierto que se lee menos, pero en todos los ámbitos, no sólo en el de la ciencia ficción. En contraposición veo que no incide usted en la que está sí está siendo una de las ruinas principales de la ciencia ficción y la literatura fantástica, y que sólo se da en estos dos géneros; la proliferación indiscriminada de franquiciados y sagas, de nula calidad tanto a nivel literario como anticipativo.
De las editoriales que inundan las librerías de subliteratura crematística y bastarda que ni siquieran merecen el -por otro lado honorable- calificativo de "pulp", usted, estimado señor Barceló, no dice nada. De los muchos escritores -espoleados por los editores vampiro, cómo no- que se venden al mejor postor pergeñando inacabables y burríferas sagas, explotando ideas y universos que ya se agotaron en su primera o segunda secuelas, por la sencilla razón de que es mucho más fácil y rentable eso que buscar nuevos horizontes, usted, estimado señor Barceló, no dice nada, se calla la boca, muy probablemente porque editor como es, su parte de culpa tendrá en el asunto.
Más puta basura...
Le voy a confesar, de todos modos, por qué yo, que empecé leyendo ciencia ficción, me alejé de ella. Porque la mayoría de obras y autores que usted y gente que piensa igual que usted proponían como obras maestras estaban escritas con el mismísimo orto. Y yo, en oposición a usted, valoro primero la literatura -cómo me cuentan una historia-, después la ficción -qué historia me cuentan-, y en última instancia la ciencia -si la fórmula matemática es o no la correcta.
Por eso sigo volviendo a la ciencia ficción de cuando en cuando, porque pese a todo hay y seguirá habiendo cantidad de obras y autores que lo traigan por la calle de la amargura. De Ballard escribió usted que "en general, pese a su calidad literaria, sus novelas y relatos carecen de la amenidad que otros autores británicos como Aldiss y Brunner saben proporcionar a sus narraciones"; de Thomas Dish, "que sus últimas obras le caracterizan cada vez más como el típico escritor e intelectual neoyorquino dedicado a la ciencia ficción"; de Stanslaw Lem, que su obra "apela ante todo a la reflexión y al sentido crítico del lector, sin desdeñar el tono de parábola en muchos de sus relatos. Tal vez por ello ha superado claramente el ghetto de la ciencia ficción, y sus obras se editan actualmente fuera de colecciones especializadas"; de Philip K. Dick le resultó un tanto sorprendente y exagerado su éxito,"especializado en la irracionalidad de lo real en el seno de una literatura como la ciencia ficción, cuyos principales móviles parecen haber sido siempre la lógica y la racionalidad". Desde luego usted y yo estamos condendos a no entendernos...
La suerte para tantos de nosotros, que le enfrentamos, que no compartimos su elitista a la par que pobre canon, es que una vez la galaxia Barceló se haya apagado, la estrella de la "buena ciencia ficción", la de los escritores de raza y no la de los científicos de pluma accidental, seguirá brillando...
Philip K. Dick, demasiado bueno para ser "barcelonista"...
-que los culés me perdonen el chiste barato. O no.
15 comentarios
Javier -
el_rey_de_amarillo -
Estamos en una época nueva, y ya saldrán autores que planteen nuevas utopías o distopías, nuevos paradigmas, futuros o venideros. La pretensión de Barceló de ser verdugo de un género me parece de un pesimismo de cortas miras. Sí que es cierto que la gente lee menos, pero menos en papel; no cerremos puertas a nuevos formatos de la literatura digital. Y sí, la gente ve mucho cine o peli descargada, pero la mayor parte están basadas en novelas que el público suele luego buscar. Al adolescente le pierden los ojos (efectos especiales, tetas, músculos o culos) pero cuando creces y buscas algo más que efectos especiales lo otro permanece- la profundidad psicológica de una novela o relato no te la ofrece el cine. ¡Hail, SF!
Javier -
...
Samuel -
Joder, debo dejar la bebida ya...
Javier -
Samuel -
Es como decir que una peli del oeste es mala porque en vez de recrears en los tiros a los indios y demás, se han centrao en lo duro que es criar vacas...
Javier -
Francotirador, conociéndote es extraño que no te hayas dejado seducir por la literatura de CF, aunque ahora mismo estoy terminando un título -del que confío poder hablar aquí en breve- que a buen seguro te encantaría: "The Iron Dream" (coming soon en Vida Puta y Sin Talento)
Child, será porque habito esta muerta ciudad colindante a famosa e histórica loquería, en la que por tanto dejan campar a sus anchas a los locos de menor calado, inofensivos en lo físico -no así en lo verbal-, de lo cual me felicito, pues siempre te están regalando el oído y la vista con escenas y diálogos de lo más absurdo e inverosímil, que la 'civita sinrazón' se me antoja el mayor logro de esta puñetera civilización.
Saludos a todos, leñe.
child in time -
francotirador -
estifen quinj -
Le felicito por su artículo, ha sido instructivo a la par que ameno.
Javier -
Qué alegría videarte por aquí, Demótico. Tienes razón, llegan tiempos de cambio, el fin de su galaxia y el inicio de la nuestra.
Maese Cuvric, sin voluntad de aceptarle esa razón que me da, se la acepto, pues es de malnacidos no ser agradecido, mendiós!
Extensísima Frontera que incluye, cuando menos, Berlín, tiene usted mucha razón, las declaraciones de Barceló destilan mucho de esa malestar propio del verse invadido el hasta entonces privado coto de caza.
Saludos y bienvenido.
La Frontera entre China y Paris -
EL caso qde Barceló, tal y como lo mencionas,es muy típico. El crítico que antiguamente tenía un acceso casi exclusivo a la información y conocía las cosas, dos minutos antes que el resto de los mortales.
Hoy en día, afortunadamente, internet ha popularizado la información y ésta está al alcanza de todo el mundo. Por eso ahora se critica lo que el resto del mundo conoce, la información que ya no es exclusiva. Se busca la clusividad, lo que al fin y al cabo no es más que un complejo de inferioridad. Un desastre. Como diría el amigo Conrad, "Ah, el horror!"
Saludos
cuvric -
demotico -
Psicopanadero -