FULGIRES DE DESEO
Magdalena Penitente, primera mitad del s. XVII
Atribuido a Trophime Bigot
Torrente de llama rielante en volutas de arrebato, cascada de fuego en sedosos cabellos declarada, perdida, abismada, caída doliente al blancor de unas caderas de miel y azucena, todo el ardor de esa luz que te trae de la sombra a mi sed de pecado es incendio mortal en mis bajos instintos, grutescos, subterráneos. Y en esos tiernos ojos no veo más que infierno desatado. Y en esos delicados dedos más y más promesas de mimos soterrados. Y en esa frágil vaina de piel nevada que te pinta de dulzura ensabanada todo desata en mis adentros los férvidos gritos de una pulsión obscena, salvaje, brutal, indomeñada. Y esos huesos muertos de calavera que abrazas a tu regazo, tal que si acunases una vieja muñeca tullida y contrahecha, no son sino mis torvas carnes; negras, podridas, ardidas para siempre en el cielo inconcebible de tus labios aferrados a mi alma.
© JIP
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