¿EL ÚLTIMO HOMBRE VIVO?
- ¡Sal, Neville!
Es Ben Cortman, su antiguo amigo y compañero, que, como cada noche, viene a buscarlo, lo llama, lo invita a salir de su fortaleza y unirse al ejército de la noche. Pero Neville no piensa salir. Él es el último hombre vivo en la Tierra. La humanidad sucumbió al vampirismo y con ella se fueron su mujer e hija, todo lo que tenía y amaba. Está solo, confundido, pero le mueve aún el instinto de supervivencia.
- ¡Sal, Neville!
Un grito en la noche, estentóreo, terrible, repetido luna tras luna por la misma boca ávida de sangre, desafiando los oídos del superviviente desde el exterior, y acompañado de los gritos, los susurros, las insinuaciones lascivas de vampiras de ultratumba, penetrando directamente su sexualidad sedienta, su dolido recuerdo. No se me ocurre mejor cimiento sobre el que construir una de las películas más geniales del moderno cine de terror que este grito amenazador. Otros nombres lo intentaron antes; Sidney Salkow en The Last Man on Earth, Boris Segal en "The Omega Man", George A. Romero en todas y cada una de sus pesadillas de zombis, pero ninguno supo aprovechar al máximo los resortes propios del medio fílmico para vehicular la angustia y el horror esenciales que destila una historia como la de Matheson, que transmite con fuerza sentimientos como la incombatible soledad, el miedo atávico, la lenta desesperación, la locura insoslayable
- ¡Sal, Neville!
Matheson planteó la reconstrucción de la tradición vampírica alejándose de la parodia fácil, afrontando todo un tour de force narrativo, la última vuelta de tuerca que fuese capaz de enfrentar la figura del vampiro cara a cara con la luz de la ciencia y la ciencia ficción. A lo largo del relato todos los iconos clásicos de la mitología fueron paulatinamente encajados en el marco de una perspectiva de la leyenda, no como maldición, sino como enfermedad, como virus, y finalmente como nueva forma de vida, merced a patrones racionales y científicos. El no-muerto hallaba al fin una explicación en el plano físico y el psicológico apartándose de todo origen sobrenatural o supersticioso, aunque no por ello era desposeído de la sensación de pavor y angustia que desde antiguo produjo su sola mención. Matheson había conseguido transmutar el Mito por excelencia haciéndole abandonar el arcón del terror gótico para introducirlo en los anales de la moderna ciencia ficción, pero sin sustraerle ni un ápice de su esencial carga de horror.
- ¡Sal, Neville!
Ese grito es el símbolo de aquella pesadilla terrorífica que en nuestra infancia, noche tras noche, viene a nuestro encuentro en el sueño, como ese dolor agudo y terrible que de tanto en tanto te recuerda la silente enfermedad que, segundo a segundo, va minándote por dentro. Ben Cortman no es sino el heraldo de un grito que es la alegoría misma de la muerte a la que nadie, ni siquiera el último hombre no-muerto, puede escapar, y por eso recorre nuestro oído, nuestra mente y nuestro cuerpo, como un relampagueo de oscuridad mortal.
- ¡Sal, Neville!
"Soy Leyenda" replantea la eterna y maniquea lucha entre el Bien y el Mal como un enfrentamiento entre la Norma y la Excepción, el Canon y lo Insólito, y cabe decir que ninguno de los dos bandos sale bien parado, quizá porque Matheson prefiere hacer protagonista a la Vida, sin más, cualesquiera sean sus manifestaciones hombres vivos, hombres no-muertos-, y por eso se sirve del Vampiro, el Mito de la vida Eterna en la Tinieblas, para decirnos que lo eterno es siempre la Vida, el aliento y la lucha, y no sus carnes, blancas o negras, nunca sus cambiantes formas Porque es la Vida la que prima, la que siempre sale a flote, sea como sea, antes con la Humanidad, ahora con el Vampirismo, mañana quién sabe
Por eso,
- ¡Sal, Neville!...
...que al fin y al cabo eres tú el vampiro, el muerto, el anatema, el pasado a enterrar... Sal ya, conviértete en leyenda, deja que esta nueva vida de nocturnos predadores, salvaje y vil, siga su curso
© JIP
Es Ben Cortman, su antiguo amigo y compañero, que, como cada noche, viene a buscarlo, lo llama, lo invita a salir de su fortaleza y unirse al ejército de la noche. Pero Neville no piensa salir. Él es el último hombre vivo en la Tierra. La humanidad sucumbió al vampirismo y con ella se fueron su mujer e hija, todo lo que tenía y amaba. Está solo, confundido, pero le mueve aún el instinto de supervivencia.
- ¡Sal, Neville!
Un grito en la noche, estentóreo, terrible, repetido luna tras luna por la misma boca ávida de sangre, desafiando los oídos del superviviente desde el exterior, y acompañado de los gritos, los susurros, las insinuaciones lascivas de vampiras de ultratumba, penetrando directamente su sexualidad sedienta, su dolido recuerdo. No se me ocurre mejor cimiento sobre el que construir una de las películas más geniales del moderno cine de terror que este grito amenazador. Otros nombres lo intentaron antes; Sidney Salkow en The Last Man on Earth, Boris Segal en "The Omega Man", George A. Romero en todas y cada una de sus pesadillas de zombis, pero ninguno supo aprovechar al máximo los resortes propios del medio fílmico para vehicular la angustia y el horror esenciales que destila una historia como la de Matheson, que transmite con fuerza sentimientos como la incombatible soledad, el miedo atávico, la lenta desesperación, la locura insoslayable
- ¡Sal, Neville!
Matheson planteó la reconstrucción de la tradición vampírica alejándose de la parodia fácil, afrontando todo un tour de force narrativo, la última vuelta de tuerca que fuese capaz de enfrentar la figura del vampiro cara a cara con la luz de la ciencia y la ciencia ficción. A lo largo del relato todos los iconos clásicos de la mitología fueron paulatinamente encajados en el marco de una perspectiva de la leyenda, no como maldición, sino como enfermedad, como virus, y finalmente como nueva forma de vida, merced a patrones racionales y científicos. El no-muerto hallaba al fin una explicación en el plano físico y el psicológico apartándose de todo origen sobrenatural o supersticioso, aunque no por ello era desposeído de la sensación de pavor y angustia que desde antiguo produjo su sola mención. Matheson había conseguido transmutar el Mito por excelencia haciéndole abandonar el arcón del terror gótico para introducirlo en los anales de la moderna ciencia ficción, pero sin sustraerle ni un ápice de su esencial carga de horror.
- ¡Sal, Neville!
Ese grito es el símbolo de aquella pesadilla terrorífica que en nuestra infancia, noche tras noche, viene a nuestro encuentro en el sueño, como ese dolor agudo y terrible que de tanto en tanto te recuerda la silente enfermedad que, segundo a segundo, va minándote por dentro. Ben Cortman no es sino el heraldo de un grito que es la alegoría misma de la muerte a la que nadie, ni siquiera el último hombre no-muerto, puede escapar, y por eso recorre nuestro oído, nuestra mente y nuestro cuerpo, como un relampagueo de oscuridad mortal.
- ¡Sal, Neville!
"Soy Leyenda" replantea la eterna y maniquea lucha entre el Bien y el Mal como un enfrentamiento entre la Norma y la Excepción, el Canon y lo Insólito, y cabe decir que ninguno de los dos bandos sale bien parado, quizá porque Matheson prefiere hacer protagonista a la Vida, sin más, cualesquiera sean sus manifestaciones hombres vivos, hombres no-muertos-, y por eso se sirve del Vampiro, el Mito de la vida Eterna en la Tinieblas, para decirnos que lo eterno es siempre la Vida, el aliento y la lucha, y no sus carnes, blancas o negras, nunca sus cambiantes formas Porque es la Vida la que prima, la que siempre sale a flote, sea como sea, antes con la Humanidad, ahora con el Vampirismo, mañana quién sabe
Por eso,
- ¡Sal, Neville!...
...que al fin y al cabo eres tú el vampiro, el muerto, el anatema, el pasado a enterrar... Sal ya, conviértete en leyenda, deja que esta nueva vida de nocturnos predadores, salvaje y vil, siga su curso
© JIP
23 comentarios
fany -
JIP -
En cuanto a "La conjura...", bueno... algo se está gestando... algo...
paul -
vaya, si ya sabia yo que tenia que ser culpable de algo :).
de todas maneras, muchas felicidades y por nosecuantos post mas. cierto mi mami fue la que me recomendo "soy leyenda".
por cierto cuando un coment para " la conjura de los necios? ".
JIP -
En cuanto a buenos libros de CF...ummm, de los que mencionas he leído unos cuantos... incluso si buscas, encontrarás aquí mismo un post sobre "Solaris" de Lem... y podría añadir más, muchas más... "Tigre, Tigre", "El hombre demolido", "Empotrados", "Ubik", "Matadero 5", y así hasta quién sabe cuándo... ;)
Pauli´s mother -
Si de verdad queréis adentraros en la ciencia ficción aquí os dejo unos títulos "Más que Humano", Theodore Sturgeon.
"La tierra permanece", I don´t remember,
Solaris, Stanislao Lem
El fin de la infancia, Arthur Clarke, luego me contáis...
Ojo, el "Soy leyenda" me parece una joya, pero los otros son diamante.
OTRO SI DIGO: Muy buena tu página o bitácora o como se llame
JIP -
XD
pauli -
JIP -
pauli -
JIP -
pauli -
JIP -
Por cierto... ¿para cuándo una entrega onírico-festiva de los Grammy?
pauli -
JIP -
pauli -
JIP -
pauli -
es verdad, fuera russel o rusell.
JIP -
En de Russel Crowe, ay, Pauli, sí que no trago... a este no lo soporté ní como gladiador extremeño ni como capitán de navío barrigón... ;)
pauli -
JIP -
pauli -
JIP -
En la "The Omega Man" salía Charlton Heston ¡¡¡inetntando matar vampiros con metralletas!!!
un saludo ;)
pauli -