LA LENGUA DEL PENSAMIENTO
"Ya la más mínima obra de arte, un boceto a lápiz de seis trazos o un poema de cuatro versos, ataca ciega e intrépida lo imposible, va por el Todo, ¡quiere encerrar el caos en la cáscara de nuez!"
Herman Hesse
Eigensinn
Supongo que a cualquiera que se haya enfrentado a una página, un lienzo, una partitura en blanco, le ha ocurrido alguna vez. En su cabeza el relato, la pintura, la melodía o incluso la fotografía y la viñeta son siempre perfectas, simbiosis de su talento creador y las sombras multiformes de la imaginación. Por eso quizá la posterior traslación al mundo físico y material se le antoja tan sumamente difícil, y tantas veces decepcionante, seguramente porque nuestra mente tan compleja, rica en matices, caótica pero a la vez ordenada, es en sí un TODO inaprensible para el mundo físico, apenas traducible al materialista lenguaje de la realidad. Por eso también, quizá, cada obra de arte, pequeña o grande, que los hombres alumbran al mundo es, a la vez, un paradójico engendro; pálido reflejo de una magia, un brillo mental incognoscible, pero también el irrepetible y magnificente relampagueo en la tierra de la anónima divinidad de los hombres.
Herman Hesse
Eigensinn
Supongo que a cualquiera que se haya enfrentado a una página, un lienzo, una partitura en blanco, le ha ocurrido alguna vez. En su cabeza el relato, la pintura, la melodía o incluso la fotografía y la viñeta son siempre perfectas, simbiosis de su talento creador y las sombras multiformes de la imaginación. Por eso quizá la posterior traslación al mundo físico y material se le antoja tan sumamente difícil, y tantas veces decepcionante, seguramente porque nuestra mente tan compleja, rica en matices, caótica pero a la vez ordenada, es en sí un TODO inaprensible para el mundo físico, apenas traducible al materialista lenguaje de la realidad. Por eso también, quizá, cada obra de arte, pequeña o grande, que los hombres alumbran al mundo es, a la vez, un paradójico engendro; pálido reflejo de una magia, un brillo mental incognoscible, pero también el irrepetible y magnificente relampagueo en la tierra de la anónima divinidad de los hombres.
2 comentarios
JIP -
un saludo
El Charlie -