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tannhauser

ESCUCHANDO "THIN RED LINE" (1)



1. THE CORALL ATOLL (8.00)

Del rumor a tormenta de la nada surge el caimán a contemplar el circo, la tragedia de los hombres, remembrando el instinto reptiloide que se esconde en nuestras mentes.
La naturaleza, el paraíso verde ácido y virgen, se pasea lánguida, parsimoniosa por mi oído, consciente de que no hay forma ya de eludir la amenaza, tan cercana. Lentamente, las aguas cristalinas, los cantos sinfónicos, las luces ambarinas, tiñen su esencia de negro cieno, temblor de explosión lejana, rubro de sangre… sangre humana derramada.

Perdidos en la Selva Temerosa...


2. THE LAGOON (8.36)

Campanas y cantos orientales me gritan desde la oscuridad del panteón de los muertos, tañendo tristes nuestro horror. Violines de sangre lloran notas de desesperanza desde la noche de los tiempos acompañando las botas negras y embarradas, cansadas, desgastadas de tanto machacar la hierba, quemar la tierra. ¿Hay acaso algún destello de ilusión para ellos…? Para estos niños que tiemblan, que mueren de horror pensando en su ausencia de mañana, que recrean el hogar perdido cada instante como si fuese un sueño, inalcanzable, áureo, bañado en júbilos de felicidad inaprensible, como si el volver a casa fuese ya poco más que una quimera, como si estas junglas, estos lodos, estas lluvias, fuesen ya su única posibilidad de mundo.

Jóvenes Sin Futuro...


3. JOURNEY TO THE LINE (9.21)

El tiempo pasa… corre… se degrada y desintegra ante mis ojos… y no lo puedo frenar… y no lo quiero mirar… porque cada segundo transcurrido me arrastra al rugir de la colina negra, esa que me atenaza, que me observa fijamente con cañones repletos de asesinas… ¿Cómo podré levantarme y correr hacia la muerte cuando me lo ordenen…? ¿Cómo podré vencer el miedo, el pánico que me asfixia, me destroza…? El reloj galopa desbocado y con él mi corazón palpitante que me grita ¡NO LO HAGAS!, ¡NO AVANCES!, ¡TEN MIEDO!, ¡AHÍ ESTÁ LA NADA!, ¡SÓLO TE AGUARDA LA MUERTE!... y de repente la realidad se desata… cae el telón de la guerra… y todos mueren en torno a mí… y avanzó colina arriba sin saber por qué, fusil en mano, al encuentro de esquirlas de eterna oscuridad… por un instante creo morir, subir muy alto, hasta capiteles de columnas de luz y universo… puedo casi tocar a dios, no me importa haber dejado atrás la maldad, el odio, la inconsciencia… todo está hecho de un resplandor almibarado que me envuelve sensual, delicado, desbocado… y no hay pena… y no hay dolor… por un instante, tan solo, soy poseedor de la felicidad, dueño de un sinsentido de paz y silencio.

Aguardando la Hora del Último Horror...


"THE THIN RED LINE" . HANS ZIMMER. 1998.

© JIP

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