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tannhauser

730 más allá...

 

2 años...

En fin, a partir de aquí ya estoy fuera de garantía... Imposible la devolución ni el abono de la pasta. El que quiera que se quede y el que no que me tire a la basura. Tengo también por ahí a vuestra disposición Hojas de Reclamaciones y todo, pero ya os aviso que no os llevarán muy allá... Así que allá, muy allá cada cual, cada cual donde le plazca...

730 días más o menos, con sus más o menos 730 noches. Se escriben pronto, y más rápido se dirían si hubiese voz. Pero "hay que estar ahí", ¿no, Sergio?, hay que vivirlas, jodidos o no, y eso no se hace tan condenadamente rápido. Se tardan, como poco, dos jodidos-cortos-largos años en arribar al final de toda esa condanada ristra de noches...

"Room a Thousand Years Wide", Soundgarden, Badmotorfinger,  4:08...  Mañana mañana... tomorrow, sí, tal vez... tal vez gritar como si no hubiese techo, ni idea de techo, ni idea de idea, ni negación de negación...

Tecleando en la oscuridad. Dejándome la vista. La pantalla apenas ilumina. Y el silencio devorándome el hígado mientras tanto, a pesar de la música en los oídos, sí, devorándome el hígado púrpura desde fuera, como Saturno ventilándose hijos, como pico de cuervo abrevando en entraña tantálica.

Sólo que yo no tengo un hígado ubicuo y eterno que entregar a los cochinos.

Ni el hígado ni por supuesto toda mi sangre, fresca o caducada, porque me quedé helado. O más bien petrificado.  Como talla; gárgola de iceberg o catedral...

 

 

Cianótico y cianúrico. No te acerques si no es para morir asfixiado/envenenado/petrificado. Ni siquiera hace falta que saludes. Ese giro sería fatal: te quebrarías.

Hecho pedazos y jirones de pedazos; deshilachado. Descosido y desmadejado. Desaforado y desgastado. Desatado y descastado. Me des o no, aquí y ahora, o mañana tal vez, así he de acabar: DECAPITADO. A través de tu hoja o sin ella.

Haciendo recuento. De magulladuras y heridas. Por lamer... De munición y vidas. Por arder....

2 años el día 22, precisamente el 22, que también sería aniversario de algo si no fuese porque ese algo no es ya otra cosa que daguerrotipo y bruma. Recuerdos gríseos de grises momentos. Dentro de 22 años ni os cuento, no me busquéis siquiera, ninguno de los supervivientes. Demasiadas noches ésas para este body ya tan tallado en hielo.

Puedo recordar el 22 de hace dos años pero no en cambio el de hace uno, lo tengo como borrado. No sé, quizá porque debía vivir engañado, hace uno, no hace dos, o también entonces, pero menos. O ciego, tal vez fuese eso. Es decir, más ciego y miope que ahora, que a decir de muchos es tanto.

Y bien, ¿qué añadir después de tanta jugona palabrería?... ¡Uy!, ¿sabes?, me encanta que me hagas esa pregunta... Adelante, adelante, responda usted... Bueno, voy a ver...

En realidad podría ser todo muy simple, que no sencillo, pero casi se parecen uno y lo otro, así que si no tiramos de excesivo escrúpulo podríamos llegar a hacer la vista gorda. Un riachuelo amable y tranquilo si renuncias. Duermes de noche y vives de día. Las 24 todas las respiras, ojos abiertos y cerrados, parpadeos inclusive. Te levantas temprano, a trabajar. Te alquilas. Te acuestas tarde y reventado. Y en mitad de todo eso respiras, arf, arf, arf, y trabajas, arf, arf, arf, y corres o andas rápido y desusado en tus piernas para no dejar mal a tu puntualidad, arf, arf, arf. Comes rápido, comes mal, comes salado. La hipertensión ha de ser tarde o temprano tu mejor amiga. Si es que el infarto no te gana antes para la legión de los pasos marcados. Y el mañana siempre ha de venir, siempre mejor, siempre radiante y como ensoñado. Tirando de recuerdos y tirando de futuros. Puente entre paraísos justo en el centro del abismo de los días. Sin espuma, sin cáliz, sin rubor. Una lectura. Una película. Un café. Una canción. Una mirada soslayada. Una mirada buscada. Una traición. O decepción. O lágrima. Reseca y muriente, antes incluso de haber llegado a la mejilla. Silencios laxos. Periplos mudos. Paseos yertos. Latires crudos. Y pasa un año y pasa otro, y tras ése otro viene y el siguiente cae, y cae solo, de nada más acompañado, salvo, quizá, un estertor, o el estertor, al fin, quizá, ¡por dios!, tal vez, ojalá, sí, de verdad, ¿el último?

Proyectos, proyectos, proyectos. Proyectos de vida y proyectos de proyectos. Intentas no abandonarte a su caprichosa ingeniería porque sabes que es inútil, que no son otra cosa que castillos en el aire, pero aun así no puedes sustraerte a su erótica, no quieres en realidad escapar a su mirada de ojos verdes y risueños, o marrones y serenos; no te da la gana decir no a su herpética caricia, ese culebreante roce en el períneo.

Me resisto a pensar que he tenido que escribir todo lo escrito para llegar hasta aquí, llorado todo lo llorado para verterme hasta aquí. Que podría ser el mismo habiendo arriesgado mucho menos. Pero es en vano, una resistencia estúpida y nada lúcida.

... 

Hace cuatro párrafos que no tengo ni repajolera idea de adonde conduce todo esto y, la verdad, estoy cansado, tengo sueño, y el teléfono lleva algo así como semanas sin sonar. Me toca los huevos darle el punto final a un texto sin rematarlo, simplemente terminarlo por acabarlo, porque ya no se da para más, pero nada saldría a estas alturas por más que me exprimiera.

Me parece que hoy todo va a saber a Zumo de Derrota 100% Natural.

Que aproveche...

 

  

 

4 comentarios

J. P. Bango -

Pasa el tiempo que vuela y, sin embargo, Todo sigue igual.

Esta vez tiro de tópico marxista: "si sigues cumpliendo años (blogueros) acabarás muriéndote"...

Sigue en las trincheras, camarada, la lucha continúa.

Un saludo.

katakrek -

Es bueno que desdeñes la idea esa de que \"Me resisto a pensar que he tenido que escribir todo lo escrito para llegar hasta aquí\". Haces bien, ya que todo lo que has escrito lo has hecho para que todos lleguemos hoy hasta este texto (no solo por lo que has escrito, muchos tenemos la suerte de llegar hasta aquí por conocerte), y esperemos que lleguen muchos más (de textos y de días)

wave -

Tengo una noche horrible, lo siento pero no tengo fuerzas de leerte entero :(

azuldeblasto -

Y al final, cuando todas tus moléculas se hayan disuelto en el éter se recomprondán y recomenzarás este sendero que nos trae tus memorias, tus sueños, tus dolores y la esperanza, que nunca muere.