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tannhauser

Museo de Historia Natural

Prueba de que éstos son tiempos de ocaso,

más que nunca de barbarie,

es que ya no quememos a nadie;

ni un Galileo, ni un Servet que se precie,

es común y ordinario que las gargantas de hoy se hagan notar

para poco más que tragar, eructar,

lanzar salvas de palabras necias al vacío.

* * *

Jamás antes como ahora los marionetistas lo tuvieron tan fácil,

que hasta han cerrado sus minas,

asfaltado los campos de batalla,

recalificado las iglesias;

ni fósforo, ni sangre, ni fe ciega...

por no necesitar no se sirven ni del perro,

que este rebaño bizco se guarda solo

y a solas él mismo se rebana...

* * *

Ya no arde el peligro en palabras y miradas,

ni atrevimiento,

ni audacia:

"No ha lugar, señorías,

a aquella inmensa minoría

que hacía de vivir su desafío...

conque podemos respirar tranquilos".

* * *

Transcurrimos los últimos días de este mundo.

Sobrevendrá para no dejarnos

-y en medio congelarnos;

listos para museo-

esa marea alta que ha de hacer décimo arte del deshielo,

fósiles los pensamientos...

* * *

Y nos cogerá inmóviles,

sonrientes,

conectados,

en silencio...



5 comentarios

sergi -

la puta, qué bueno.
saludos tío, nos vemos en un escaparate.

katakrex -

La gente solo necesita fumar, beber y ver el futbol... despues no quieren pensar ¨mucho más

Ana Pérez Cañamares -

Poema lúcido, inquietante, irónico, amargo y cargado de razón.

Aura -

No sabía que habías vuelto a estas tierras áridas. Y removiendo cerebros agotados como acostumbrabas.
Mucha suerte con el blog y gracias por darme la bienvenida.

Un saludo.

Woswis -

Se está tan cómodo dejando actuar a la marea...