Un Fénix y sus cenizas
Todo es como recién estrenado cuando tardas diez minutos en llegar a casa desde el coche, cuando piensas que saliendo un cuarto de hora antes llegarás a tiempo a tu cita y acabas llegando quince minutos tarde, el tiempo se ensancha como un vientre en el noveno mes, como un globo de chicle tocado de la semitransparenica inerte del condón echado a perder, sepas o no quién coño fue Bergson y qué se le pasó por las mientes. Tiempo de leer mientras cojeas, de escrutar el rostro del prójimo mientras cojeas, de observar mientras cojeas cómo las ambulancias se hacen sitio más a base de empellones de acelerador que de cantos de sirena y luminarias. Coches montando las aceras, transeúntes espectantes, ávidas sus gargantas de ajena tragedia, y, siempre, insoslayable, el listillo de turno, el último de la fila, tremendo cabestro que hace de la ambulancia su particular lanzadera, transformándola en galgo, para ponerse detrás, el primero, a resguardo, para adelantar cuánto, ¿un semáforo?, tres minutos, y aun después, ya en casa, si es que no consiguió -matar y- matarse en el camino, lo contará a la familia en forma de batallita: ‹‹Si es que no se puede ser tan bueno, os lo digo yo...››
Tanto tiempo a tu disposición, en suma, a pesar de ser ten mortales, tan transitorios, que al final te hartas, agachas la cabeza para no tener que arrastrar tanto humano espectáculo de pupilas adentro. Contemplar tu cojera mientras cojeas... Un paso bueno, el izquierdo, y otro a medias, el derecho; Frap, fratap. Sólo me faltan el bastón y la chepa. Frap, fratap. El resto más o menos lo tengo. Frap, fratap. La feúra congénita, la mala hostia reconcentrada. Frap, Fratap. Sería Marty Feldman en Young Frankenstein... ¿Es usted Aigor? ¿Es usted Frodoric? ¡Se pronuncia Frederick... Frederick Fronkonstin!
En fin, que observo mis pasos avanzar a duras penas, frap, fratap, porque mirar la humanidad me produce náuseas, más dañina que un fin de semana con los gastos pagados en el alegre corazón de Chernobyl, y no puedo quitarme a Kevin Spacey de la cabeza, Sospechos Habituales, me digo: ‹‹Bueno, y ahora voy a hacer como Keyser Soze... poco a poco, paso a paso mi cojera se irá convirtiendo en un caminar ágil y desenfadado y los habré dejado a todos con un pamo de narices, les habré dado bien por el culo... Ahora... Frap, fratap... no, ahora... frap, fratap... no, espera... frap... ¡Ahora!... fratap...›› No hay manera. Es como cuando aprendía a jugar al frontón. Me metían unos palizones del quince. Y después de cada punto perdido me decía: ‹‹Bueno, y ahora basta de tonter'ias; ahora vas a empezar a jugar››. Ni que decir tiene que todo eso no servía de una mierda. Me machacaban sin piedad.
A la gente le gusta machacar, aunque sea en silencio, aunque sólo sea a base de mirar, les pirra, ven tu tara y la comparan con su tara. Eso les hace sentirse mejor. Porque tu tara se ve, la suya en cambio pasa desapercibida. En el tiempo que tardas tú en llegar a la churrería, cojitranco de las pelotas, a mí ya me ha dado tiempo de comerme unos buñuelos rellenos de crema, reírme del ciego que vende cupones, llegar a casa lanzado, detrás de un camión de bomberos en misión especial, y decirle mecagüentuvida a la parienta, como es preceptivo.
Estaba en la biblioteca esperando mi turno para llevarme prestados unos libros. Delante mío una señora de una edad más que mediana, le toca, la cola avanza un paso y pone en el mostrador "Destino de Caballero": ‹‹me llevo esta››. A la gente le pone más el morbo que una mamada del infierno. ¿Que Heath Ledger se ha matado? Bueno, ni siquiera sé quién narices fue, pero vamos a ver algunas de sus películas, qué demonios... Al fin y al cabo, le he ganado. Él está muerto y tú sigues vivo. Reconfortante reconfortante. De todos modos esta tipa me suena, creo que también salió de su madriguera cuando lo de Umbral, quería uno de sus libros: ‹‹Del que se acaba de morir››; ¿Pero cuál, señora?; ‹‹Da igual, cualquiera...››
Umbral está fiambre y River Phoenix está fiambre y Heath Ledger está fiambre y Brandon Lee está fiambre y es curioso y casi estremecedor constatar cómo Ledger haciendo de Joker se parecerá a Lee haciendo de Cuervo, casi tan curioso como estremecedor comprobar que Umbral y Phoenix no se parecieron en nada, lo que sin duda añade cierta pizca de cordura al cosmos, falta le hacía, mas no impide que algunas ambulancias lleguen tarde antes incluso de haber recibido la llamada de auxilio...
Porque algunos vivos, sin saberlo, ya transparentan la calavera que han de ser en breve...
8 comentarios
el rey azul -
Javier -
kuroi_yume -
El tontolaba de Ledger ya tenía el trabajo difícil hecho.
Javi -
el_rey_de_amarillo -
Javier -
Child, llegamos a las mismas conclusiones, pues, sólo que a mí ver un Manhattan postepidemia tan conseguido no me compensó el berrinche que cogí con semejante final, de auténtico bochorno.
En otro orden de cosas, mrijuana, tapas, femenina compañía, ¡un corneto!... joder, tú sí que sabes ir al cine, coño!
Saludos.
child in time -
Samuel -
Felicidades. Que cumplas muchos más, no como Ledger...