Si tú eres Leyenda, yo soy historia...
"Soy un Timo"
Un día vino alguien y me dijo: ey, tú, ¿sabes que están haciendo otra peli de "Soy leyenda"?; bueno, respondí; ¿y a que no sabes quién hará de Neville?; sorpréndeme, dije...; Will Smith; ¡pfffffff!..., no me jodas; lo que oyes, tío...; ¿y de Cortman?; ¡¿Cortman?!... quién cojones es ése...; y después se marchó pensando que debía estar loco y yo seguí a lo mío. Todavía resonaban en mi cabeza los rumores de aquella adaptación, por suerte frustrada, con Swarzenneger y Ridley Scott; hasta que no lo viese no lo creería; cabía esperar el milagro...El Fantasma de las Navidades Pasadas
En fin, que el tipo sabía quién era Neville pero no recordaba a Cortman..., qué diablos, puede que ni siquiera hubiese leído la novela, a lo mejor sólo había visto a un crístico e interracial Charlton Heston dejándose crucificar por monjes albinos antiglobalización... El caso es que la pregunta sobre Cortman no es todo lo friki que parece a simple vista. Porque sin Cortman no hay "Soy Leyenda" que valga. Él tiene la mejor frase de toda la novela; la mejor escena. Cortman vampiro, cada puta noche, ante la casa del último hombre vivo sobre la Tierra, gritándole, invitándole a formar parte del nuevo orden: "¡Sal, Neville!" Hay que ser un guionista muy incompetente o un director muy cegato para no aprovechar semejante escena...Charlton Heston Vs. Los Jesuitas con Psoriasis
Pero, como decía, entrar hoy día en un cine es regalarles la ocasión de llenarte hasta la calva de mierda. Por asumido que lo tengas, que te darán por saco sí o sí, sólo eres un débil pedazo de carne humana, así que terminas dándoles la oportunidad... Y en efecto, no hubo lugar para Ben Cortman, como tampoco lo hubo para su terrorífica letanía: "¡Neville, Neville!... ¡Sal, Neville!", porque en realidad en momento alguno hubo intención de trasladar la "leyenda" de Matheson a la pantalla, antes al contrario, desde el principio tuvieron claro que lo que querían era convertir en "legendaria" esta tomadura de pelo, auténtica donde las hubiere, como no recuerdo otra desde, por lo menos, "El Sexto Sentido" de Mr. M. Night "tramposo" Shyamalan.¡Sal, Neville!
En cierto modo el cine yanki, la industria cinematográfica yanki, era la menos indicada para contar una historia en la que el bueno adviene monstruo y los malos pasan a conformar el canon de normalidad. Sabemos que en Hollywoodland, y por extención en el mundo entero, desde que derribaron el par de torreones, no hay escalas de grises; el malo es malo, muy malo; y el bueno es bueno; buenísimo. Y punto. Hasta me escama que el libro de Matheson no haya sido poco menos que prohibido por la administración Bush, teniendo en cuenta lo que subyace a sus líneas... ¡Ah!, no..., espera, que los hay por allí que todavía no saben leer entre líneas...Richard Matheson
Bueno bueno, ingenuos lo justo, está claro que leen entre líneas, por eso mismo acto seguido las manipulan a su antojo, no hay quien los iguale en eso, qué duda cabe. Porque al fin y al cabo lo de menos son esos pequeños detalles, a saber; que el Neville de Matheson es un ario del montón, fumador y borrachín, sin formación científica alguna, que se pasa la mitad de la novela más salido que el pico una plancha; mientras Will Smith ni fuma ni bebe, ni por supuesto se la machaca, y encima es un virólogo de la hostia, cachorras de gimnasio, intachable oficial del Ejército, amante esposo y mejor padre. Un tipo made in USA al 200%. Qué importa si Neville era un tipo reservado y silencioso que escuchaba música clásica, si Smith puede ser un charlatán bocazas fanático de "Shreck" y de Bob Marley. Que te cambien vampiros conscientes por superzombis hidrofóbicos a lo Resident Evil, tanto da; puedes tragarte mal que bien toda esa bazofia...Y el SIDA porque no me he puesto en serio, que si no...
Pero por lo que ya no pasas, si es que tienes dos dedos de frente, es por la triple ración fast food de etnocentrismo yanki, por otro lado, nada subliminal -porque además es que ya ni se molestan en ser sutiles-. La idea central de Matheson es que la vida se abre camino, sea como sea, y los débiles se quedan en el camino. Llega el momento en que la humanidad sucumbe ante el advenimiento de una nueva raza, primitiva y brutal, pero superior, pues no en vano consigue sobrevivir a la epidemia. El tiempo de los hombres toca a su fin y comienza el de los vampiros, o como el propio Matheson los denomina al final de su libro, "los hombre oscuros"; vampiros mutantes, capaces de introspección y una vaga organización social. En este nuevo orden, Robert Neville, el último hombre vivo, que durante tantos años les dio caza, exterminándolos, es una amenaza a erradicar; un auténtico y peligroso "Conde Drácula" para la recién nacida sociedad: "Ellos le veían como un monstruo terrible y desconocido, de una malignidad más odiosa aún que la de la plaga. Un espectro invisible que como prueba de su existecia sembraba el suelo con los cadáveres desangrados de sus seres queridos (...) Neville observó a los nuevos habitantes de la tierra. No era uno de ellos. Semejante a los vampiros, era un anatema y un terror oscuro que debían eliminar y destruir (...) Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo. Soy leyenda". En cambio, para la Nueva América parida el 11-S, la Humanidad es el supremo escalafón de la cadena trófica, puesta en dicha altura por mediación divina, y cualquier atentado contra los hombres es, en consecuencia, no sólo una horrorosa tragedia, también una contravención del orden establecido, que es -y debe ser- unívoco e intransferible. La Humanidad no puede morir, no debe morir, ergo la nueva sociedad de vampiros no puede ni debe progresar. Los vampiros -y quien dice vampiro dice todo individuo que nada contra la corriente de lo normal- están enfermos, y en consecuencia hay que curarlos, es necesario y esencial reestablecer el equilibrio; y ahí es donde entra en juego Robert Neville-Will Smith, el Salvador, el Nuevo Cristo Negro, guiado sin saberlo por la Divina Providencia, que ha de salvar a la Humanidad del Apocalipsis con su inmolación y, a la postre, "devenir leyenda" a ojos de la Nueva Humanidad que, merced a la abnegación y el sacrificio del Mesías Afroamericano, resurgirá de las cenizas en las que jamás debió convertirse...Ne(gr)oCristo y el Apóstol San Perro
Pestífero lo cojas por donde lo cojas... Richard Matheson quiso que Robert Neville fuese primero Van Helsing para acabar convirtiéndose en Conde Drácula, y finalmente en nada. La industria yanki ha querido que Will Smith sea mártir ejemplar contra las hordas bárbaras -y terroristas- para acabar adviniendo Mesías de una Nueva y Mejor, Política y Moralmente Recta Humanidad. En el entretanto, aquellos que amamos el buen cine fantástico, inteligente y turbador, "Somos Historia".
Bukowski dejó este poema dedicado al cine, que tanto le aburría, y que por supuesto secundo:
"millones de dólares gastados para crear
algo que es peor que la vida real de
la mayoría de los seres vivos; nunca deberíamos sacar
entradas para el infierno"
6 comentarios
Hombre Pustular -
No tengo mucho tiempo pero sí quiero decir dos cosas:
-Will smith me cae muy gordo y sólo por eso huyo en cuanto le veo asomar sus orejas de soplillo.
-Los páramos postapocalípticos me producen gran placer, y la idea de ser el último hombre vivo sobre la tierra es una de las fantasías más acogedoras y reconfortantes que puedo imaginar.
Saludos!
diana -
Javier -
Yo no vi la de Heston hasta muy tarde, de ahí que cuando la vi por primera vez ya me pareció ese mierdón que dices. De todos modos te comprendo, eso que te ocurre a ti con ella me ocurre a mí con tantas incluso peores, como por ejemplo "La Foga de Logan"... Mmmmm... todavía puedo saborear los picudos pechos de Jenny Agutter bajo el translúcido vistido verde...
Al menos coincidimos en que la de "¡Sal, Neville!" es una mejores frases de la Historia de la Literatura Fantástica.
Un abrazo, Sergi.
sergi -
por cierto, la versión de charlton heston es una basura comparada con el libro pero juega en casa conmigo: la vi de pequeño y, aunque vista de nuevo de mayor me pareció un mierdón, la que recuerdo de pequeño (que no es la misma que vi de mayor aunque sí, ya sabes) me impresionó quetecagas y ese placer infantil ya no me lo quita nadie... (ni de mis pesadillas el "sal, neville!")
Javier -
kuroi_yume -