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EL REVERTE MÁS CONDENADAMENTE CABRÓN

Todo y que cuento "El Maestro de Esgrima" y "El Club Dumas" en mi particular panteón de lecturas apasionantes, a mí el Pérez-Reverte que más me gusta es el Reverte cabrón, el hijoputa, el fulano, el tocapelotas y pelotas...

Un Lúcido Cabrón


El mismo Reverte lenguaraz y sarcástico de "La Sombra del Águila"... ya saben... esa en que Napoleón, alias "Le Petit Cabrón", y un atajo de españoles "con dos cojones" se ventilan -"Raas-zaca-bum-cling-clang"- a un montón de "ruskis de mierda"... "¡Vaspaña!"... y todo eso...

El mismo Reverte ácido y dolido de "Territorio Comanche"... sí, esa... la de las guerras y la sangre y el polvo y el barro en los ojos de los reporteros... la de los muertos, sobre todo los muertos, esos que "están tan solos"... también la de los que quedan con vida... "Porque en el fondo cada muerto no es sino eso: el dolor futuro de alguien que te espera y no sabe que estás muerto"...

Ese Reverte que tiene patente de corso, el que no escribe sino es con ánimo de ofender, ese que semana a semana, desde hace unos años ya, nos echa a la cara las pestes de este mundo cabrón y sus cabrones ocupantes... esto es... él mismo... yo mismo... usted... ¡todos nosotros, joder...!

Ese mismo Reverte que ha sido galardonado con el XXIX Premio González-Ruano por Una Ventana a la Guerra, un artículo que ahora hace casi un año dijo -y dice- más malditas verdades de las que muchos hipócritas entrajados querrían ver impresas...

Por Julio Anguita Parrado, por José Couso... por todos los caídos sin nombre ni rostro... y los que todavía han de caer... también por aquellos que lloran y llorarán a los que no han de regresar jamás... mejor ceder de nuevo la palabra al Reverte más condenadamente cabrón, que, por lo común, suele ser también el más lúcido:

"No sé qué os contarán otros; pero yo estaba allí, y juro que siempre es la misma: un par de desgraciados con distinto uniforme que se pegan tiros el uno al otro, muertos de miedo en un agujero lleno de barro, y un cabrón con pintas fumándose un puro en un despacho climatizado, muy lejos, que diseña banderas, himnos nacionales y monumentos al soldado desconocido mientras se forra con la sangre y con la mierda. La guerra es un negocio de tenderos y de generales, hijos míos. Y lo demás es filfa"

Arturo Pérez-Reverte,Territorio Comanche

© JIP

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