Misterios de la Carne (y 3)
HOMÚNCULO
Desde las afueras de la consciencia
oyénse tañer los gritos prometeicos
del deificado hombre máquina.
Sus tendones plásticos, encerados,
sus cables nerviosos, haces lumínicos
de efecto y réplica instantánea,
potentes sus músculos de titanio,
muévense puntuales y rítmicos
al son del pulso electromagnético,
mientras en el constante devaneo
despréndense otoñales esquirlas de carne,
virutas de piel cancerosa y cancerígena,
decolorando el cieno de reliquias posthumanas.
En la negra noche chandleriana
salpicada de ígneas novas en agonía,
tiembla y zozobra la vieja tierra bajo el paso
del no hombre y su mesiánica carga de final.
Entre tanto... en todas partes,
por todos lados... omnisciente,
impasible al cataclismo de la vida,
la telaraña universal de fibra óptica
fluye en vertiginosas diástoles,
henchida de recuerdos e imágenes,
de almas y vidas y anhelos y odios
de aquellos que soñaron la pesadilla de la razón.
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2 comentarios
woswis -
Y la nieve es blanca jodeeeer!!!
laceci -
La palabra henchido te mola. La usas mucho :P