¡Mierda cagada por Mierda!
Para Hernán
Conocí a un tipo que maldecía así. Os lo juro. Era un chico confuso. Y extraño. Pero de esa extrañeza que atrae más bien poco. Más bien nada. Como su aspecto, que tampoco atraía nada. Y su holor corporal, que espantaba pero bien, tiraba para atrás, a todos y a todas, menos a las moscas, eso sí... Y sí, he escrito "holor", con H, y con toda la mala intención del mundo -¡hay que ver qué cabrón!-, porque aquello no era olor sin más, era una mezcla chunga, tenía lo peor de ambos mundos; el del olor y el del hedor; es decir, la auténtica y verdadera PESTE.
En fin, que todos éramos unos chiquillos, ¿no?, y ya sa sabe, un poco así como los gatos, que el agua lo justo, para beberla y poco más..., ¡ni tocarla, vamos! Pero claro, allí el que más o el que menos todos teníamos en casa bañera y agua caliente y madre persiguiéndonos jabón en mano, y un tanto así de sentido de la vergüenza, para qué engañarnos; de modo que la mayoría intentábamos llevarnos lo mejor posible con todo aquello aburrido de la higiene... ¡Pero en cambio sólo él era el auténtico Señor de las Moscas!
Aun así por allí andaba siempre, acompañado, acompañándonos, y nosotros disimulando el asco lo mejor posible: el drama de la vida a escala 1/72...
Jugábamos a tablero. Por jugar a tablero debe entenderse jugar al risk, o al estratego, cosas por el estilo, con muchas figuritas pequeñitas y de vivos colores, sobre un mapa del mundo que tienes que conquistar, tú y sólo tú, matando a todo el resto por el camino, si puedes, o en su defecto, aliándote con él; esto es, untándolo. Desarrollando el innato humano instinto de megalomanía, en definitiva. Luego la cosa fue mejorando, con los años; me estoy refiriendo a los juegos, que fueron mejores, más divertidos; no a él, ni su holor, que era cabezón, no cejaba un segundo en su empeño de marearnos a todos. Pero allí seguíamos, qué remedio, jugando jugando, porque lo de las novias y los toqueteos y los lengüeteos de toda índole y baja ralea estaba aún por llegar; luchando cada uno por su lado por serlo, "Un Ganador", al menos de aquella partida, la que fuera se estuviera jugando en aquel momento.
Y entonces lo hacía, cada vez que había un combate decisivo, una jugada clave, y los dados lo dejaban tirado, lo soltaba:
"¡Mierda cagada por Mierda!"
No sé, cualquiera de nosotros lo finiquitaba con un ¡Maldición!, un ¡¡¡Joder!!!, un ¡Mierda Puta!. El Cagüenlahostiaaa!!! era también muy popular. E incluso los había con ingenio y gusto por lo exótico: ¡Satanás vive en vuestros cuerpos!...
Yo siempre me cagaba en Dios... ¡¡¡Cagüendios!!!. Lo heredé de mi padre: cagüendios y cagüenlaputa. Y también mecagüenlamadrequetetrajo -joioporculo-, tal que así, de una sentada... Draes y María Molineres y Espasas no había ni uno en mi casa, no, pero los mil y un modos de defecarse encima de cualesquiera almas habidas y por haber sí los aprendí bien...
Pero este tipo había dado con una nueva fórmula. Nueva, distinta, insólita..., ¿fresca?: para nada; ¿absurda?: mucho; ¿desconcertante?: del todo... Recuerdo que todos nos quedamos con cara de verdaderos gilipollas la primera vez que la soltó. Mirándonos de hito en hito, estuporosos, gota en frente, sudor frío, no sabes muy bien cómo cojones reaccionar. Pero no fue casual, no; reincidió en ella con alevosía. Así que a la segunda ya no tuvimos compasión, de estupefacción nada de nada; nos partimos el culo de risa en su misma cara. Aquélla y todas las veces que la siguieron. Pero a él le daba igual, le importaban un comino nuestras burlas, lo suyo estaba por encima, era una cuestión personal, entre él y los dados, es decir, la suerte perra, siempre de espaldas, aunque seguro que el aura de condenación que su hedor le había regalado tenía no poco que ver con toda aquella mala leche del todo singular. Conque allí estaban siempre, en nuestros oídos, sus excrementos al cuadrado; le había cogido cariño a la mierda aquel chaval.
¿Que ha sido de él? Muy bien no lo sé, por lo visto trabaja repartiendo mercaderías con una furgoneta. Algo así me han dicho. Alguna vez lo he visto por ahí, me lo he cruzado, y creo que en lo del aseo mucho no ha mejorado. Tampoco es que el curro ayude, claro está. Tan claro como tengo que todavía debe seguir mandándolo todo al carajo de aquella manera heterodoxa.
Así que el otro día estaba en el trabajo, y vino L. y me lo vio en la cara, que estaba para el arrastre. Tengo la suerte de trabajar con él, mi mejor amigo, mi amigo del alma y demás zarandajas, el mismo que semanas antes supo que de Caravaggio nada, "mejor lo dejamos", que aquel día a Barcelona, más que a ver museos, exposiciones varias, habíamos ido a hablar y a echar pestes... despotricar de las mujeres que nos joden la vida, esas mismas que por acción u omisión de ella, y por puñetera cobardía, nos dejaron compuestos -y sin novia- y por supuesto en la estacada... Nos la tragamos toda, la estacada, y bien hasta el fondo, la muy puta, que no sabemos todavía ni cómo nos las arreglamos para andar...
Y bueno, allí estaba yo, como decía, completamente derrotado, y L. me preguntó qué te pasa... y yo la pensé en silencio, la respuesta: que qué me pasaba. Conque tras un momento de reflexión se lo dije, se lo solté de carrerilla:
- Mierda cagada por mierda, tío... Mierda cagada por mierda...
Y sonrió él, y sonreí yo, porque los dos sabíamos, ambos habíamos estado allí. Allí, junto a él, el extraño chaval apestoso, soportándolo a duras penas mientras intentábamos triunfar; dominar el mundo y toda esa pesca; y porque también sabíamos algo de la mierda, de esa mierda al cuadrado, voluble e hija de puta, que te niebla la vista y por supuesto te vela las napias cada vez que intentas, aunque sea mínimamente, alzar la cabeza, levantar el vuelo; de repente, un día, volver a soñar... Así que después de todo era un filósofo, el menda, y él sin saberlo, repartiendo perecederos con una furgoneta -porca miseria-, ¡cuando deberían haberle dado una cátedra como poco!
Porque cuando la mierda lo inunda todo -lo inmunda-, y es tan poderosa, tan triunfante, tan espesa que es capaz de cagarse a sí misma; entonces lo sabes, tomás consciencia... de que hay otros mundos -otros "inmundos"-, sí, pero todos están llenos de... bueno, ya sabéis qué...
12 comentarios
sergi -
oktomanota -
Javi -
Un saludo para todos y gracias por pasaros por aquí.
child in time -
Jesús Alonso -
Odiseo -
Voy a continuar recomponiendo mi pobre y descuajeringada mandíbula.
Kamikazecowboy -
Yo nunca fui mucho de Risk, mataba mis horas libres practicando el noble arte del balonmano.
Shaggy Monster -
Woswis -
Gregorio Verdugo -
Ese tipo igual era un genio, igual fue el que le susurró al oído aquellas palabras a García Márquez...
"Esta es de las que confunde el culo con las témporas"
Buen post. Saludos
yume -
piensa que todo el mundo puede cagarse en todo lo que se menea, pero no todo el mundo tiene gente que le escuche.
En el fondo somos muy afortunados!
child in time -
Me ha encantado el relato.