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tannhauser

Poetas

Últimamente sólo me da por la poesía, leerla, no escribirla, para eso apenas me llega. Aunque no es cierto del todo, empecé un par o tres, no acabé ninguno, se me apagó el fuego en las manos y no encuentro mechero. El que empezó mejor fue el de "Cuánto tiempo me queda", salían Roy Batty y algunos otros, pero se me murió a mitad, en pleno quirófano, y yo mirando... Y con la prosa no sé qué pasa, sencillamente no me entra. Quién me ha visto y quién me ve. En tantos aspectos. Ya está aquí el frío así que no creo que tarden mucho en llegar los dolores de cabeza. Estoy preparado, ya me los conozco, ambos sabemos del otro sus cojeras. Y también la Navidad, toda su fanfarria, toda su mierda, cada año un poco antes por si algún incauto pica. Y vaya si pican. En fin, luego está Primo Levi, ¿no?, que he descubierto que dejó poemas. Muy tentador. No deja uno de aprender cosas aun en los más bajos momentos si es que le quedan ojos. Aunque antes va Carver, eso sí. Soñé un sueño muy raro, no era ni pesadilla ni horror, una media tinta bastarda, pero nada cómoda, porque todo acababa ardiendo y a unos pocos los liquidaban a tiros, por la espalda. A mí no, que al fin y al cabo estaba siendo el protagonista. Aunque más bien crecía la sensación, no... mejor la seguridad, eso es, la seguridad de que se me estaba reservando, el tipo de la pistola, o su jefe, no sé bien, que todos en general maquinaban en la sombra para darme un final aún peor, más desagradable. De todo eso, si sucedió, ya no retengo nada. Ha habido un momento a lo largo de la mañana, un absceso de absurdo, había allí un hombre mayor y el que se me antojaba su hijo, en chandal, calzando silla de ruedas. Al final me lo han provocado: me lo he preguntado: ¿Qué coño pinto yo aquí?, y luego un vacío negro y mental. Como el que te asalta cuando las muchas páginas se evaporan, igualito que la otra noche cuando todo se fue al carajo sin previo aviso. Y contra eso qué haces. Nada. Aguantas. Tragas. Te jodes. Así poco más o menos toda la vida. Qué otra cabe. Y ahora estoy aquí de nuevo escribiendo y mañana cualquiera sabe qué demonios. Y  Vázquez Montalván sigue muerto mientras hace ya más de un año que no me tiro ninguna taza de café encima. En general, una sensación como de páramo trasegándome las entrañas. Esta frase es la única que he conseguido rescatar del naufragio de la otra noche, cuando todo voló, aunque no ha tenido mucho mérito, porque todavía me siento igual...

1 comentario

laceci -

Nunca hagas saber a una máquina que has perdido la paciencia....

(lo digo por lo de lo que perdiste una vez escrito)